Nueva campaña anticaza: ‘No es cultura, la rehala y la montería es maltrato’
Andalucía

Nueva campaña anticaza: ‘No es cultura, la rehala y la montería es maltrato’

La asociación ‘Galgos del Sur’, fundada por el presidente de PACMA, Javier Luna, ha sido la promotora de esta campaña en contra de la caza. ¿La razón? La declaración de la montería y la rehala como bien de interés cultural en Andalucía y Extremadura.


El Partido Animalista Con el Medio Ambiente (PACMA), Anima Naturalis, Galgos del Sur, Network for Animals y otras muchas entidades animalistas llevan años tratando de terminar con la caza en España. Por lo pronto, la presión de este lobby ha conseguido que se aprobara la Ley de Bienestar Animal pese a tener a veterinarios, ingenieros de montes y biólogos en contra. No han logrado, sin embargo, su principal objetivo: el cese de la actividad cinegética, aunque empeño ponen ¡y no poco!

Crearon una plataforma anticaza

El ataque más reciente es la campaña “No es cultura, la rehala y la montería es maltrato”, lanzada por la Asociación Galgos del Sur en colaboración con la organización internacional Network for Animals.

Para su comunicación y difusión utilizan la plataforma online paremoslacaza.org. Fuera de internet han optado por vallas publicitarias, un medio costoso en términos económicos pero muy visible e impactante.

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Imagen del cartel con el ataque a la caza.

Muy presente en Andalucía

Las vallas se encuentran repartidas por las ciudades de Cádiz, Córdoba y Granada. En Sevilla también está presente la campaña, aunque en la capital ocupa, tal y como dice a través de Instagram, su promotor Javier Luna, las principales paradas de metro.

 

“La crueldad con los perros de caza de las rehalas en nuestro país es generalizada, no son hechos puntuales. Las condiciones de vida de estos animales son muy duras, malviviendo en zulos insalubres sin apenas ver la luz del día, atados constantemente con cadenas, sin cuidados ni atención veterinaria” —argumentan las entidades promotoras de esta campaña.

Su principal herramienta: la generalización

Si bien todo el mundo sabe —o debería saber— que hay delincuentes y malas personas en todos los campos y ámbitos de la vida, este “animalismo” trata de convencer a la sociedad de que todos los cazadores somos unos maltratadores. Llevan años juzgándonos a todos por el mismo rasero, criminalizándonos y haciendo de la excepción la regla. Tal es así que, a ojos de la sociedad actual, vale más decir que robas a que cazas.

Sí, dentro del colectivo cazador y del mundo de la rehala hay seres despreciables que tienen a sus perros en condiciones deplorables, al igual que hay “animalistas” que amenazan y desean la muerte a personas, y protectoras de animales que roban perros para después lucrarse con ellos.

La Asociación Española de Rehalas se pronuncia

Hablamos con Alfonso Aguado, abogado de profesión, secretario de la Asociación Española de Rehalas y, en la actualidad, también vicepresidente de la Oficina Nacional de Caza (ONC).

“Viniendo de quien viene el ataque, no nos sorprende” —comienza Alfonso—. Lo cierto es que la Asociación ha reaccionado muy rápido y gracias a su buena gestión, los resultados no han tardado en llegar. “Las vallas se empezaron a ver el lunes y esta mañana ya se ha comenzado a investigar a la empresa anunciadora. Se ha contactado con la misma y se ha informado de que se emprenderían acciones legales” —nos cuenta.

Se trata de una acción que podría considerarse tanto delito de odio como delito contra el patrimonio. La empresa anunciadora les ha comunicado a través de un periodista que ha ejercido de intermediario, que proceden a retirar los carteles y que se desvinculan de “Galgos del Sur”. Ha sido una acción rápida y coordinada. “Nos hemos encontrado con una empresa profesional que es consciente del alcance que ofrece a las empresas que anuncian y que no quiere participar en el acoso animalista” —termina Aguado.

Por su parte el presidente de la Asociación Española de Rehalas, Quirico Matamoros, nos ha trasladado que se pronunciarán para evaluar los daños y perjuicios causados por las entidades animalistas implicadas en el que consideran, un ataque contra el patrimonio y un colectivo entero. Asimismo, ha querido hacer distinción entre los verdaderos rehaleros y las personas que actúan al margen de la ética. Quienes tratan mal a sus perros ni están en la asociación ni se los acepta. Cuando detectamos casos de maltrato lo denunciamos y como es normal, apoyamos las sanciones a quienes lo perpetran.

 


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